Te pasa algo. Algo que no sabés describir. Algo que es una mezcla de adrenalina y felicidad con tristeza y frustración. Y va pasando el tiempo y seguís sin poder decir qué es lo que te pasa, por qué se alborota tu interior cuando te roza con sus manos, cuando te dirige una mirada o te dedica una sonrisa. A los meses tus amigas ya no te escuchan, no podés dejar de nombrarlo. Es que si no lo nombrás lo extrañás MÀS, aunque claro, él a vos no te piense.Sigue pasando el tiempo y todos dan fé de que estás completamente enamorada. Pero no, eso es mentira. ¿Cómo podés estar enamorada de alguien que apenas conocés? Y llega un punto en que te das cuenta de que sí, todos tienen razón y estás perdidamente enamorada, y te das cuenta que quizás no lo conozcas tanto por lo que hablen, si no por lo que observes.Y ¿qué pasa cuando lo ves? Bueno, ni vos lo sabés. Te agarran ataques de euforia imparables e inaguantables, no parás de sonreir, todo lo que diga te causa risa, hasta lo más trágico, te recorre por dentro una energía que te da ganas de saltar y de correr 10 km. a toda velocidad.Mas aún, con el paso del tiempo te das cuenta que todo no es amor, que no se puede construir con un sentimiento. Una relación implica más que eso. Dedicación, respeto, confianza. A veces con romper el silencio no basta, se necesitan más que palabras e ilusiones a llevar a cabo.¿Pero qué? Yo sé que es posible enamorarse de alguien qe no conoces, porque los sentimientos no los dominás, salen solos y no importan lo qe digan los demás (eso de: ai, si a penas lo conocés, mirá si te vas a enamorar de él). Pero no todos los casos son así; algunas nos enamoramos de algo que existió y se disolvió de repente, pero sigue estando adentro, quemando como desde el primer día.Es como un amor casi imposible, estaba y ahora ya no; pero se siente que algo de eso quedó vivo y es lo que te sigue manteniendo ilusionada, triste y tal vez desesperada. Aunque caigas en la redundancia: siempre relacionás al amor con alegría y tristeza, con sabiduría e inmadurez y otras tantas comparaciones estúpidas entre cosas incomparables, como agua y aceite.Sentís que todo tiene qe ver con él, todo se relaciona. Lo ves, y te ponés completamente feliz pero a la vez caés en la realidad, y sabés qe ya no está ahí como antes. Y es por eso que volvés a caer, a estar mal. Será que es él quien controla tus sentimientos, la razon de tu felicidad, de tu tristeza, de tu locura. El dominador de tus pensamientos, el dueño de tu corazón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario